Este blog se constituye en un lugar de recreación para mis queridos nietecitos Ethan y Nycol y para todo niño(a) o persona deseosa de conocer las ideas de un abuelito que pretende dejar recuerdos imperecederos dentro de una combinación de acontecimientos de alegría, historia, fantasía pero siempre sometido a los parámetros de los marcos morales.
lunes, 15 de diciembre de 2014
viernes, 12 de diciembre de 2014
lunes, 17 de noviembre de 2014
sábado, 1 de noviembre de 2014
EL VALOR DE LAS PALABRAS
EL VALOR DE LAS PALABRAS
ABRAHAM LINCOLN:
“Medir las palabras no es necesariamente endulzar su expresión sino
haber previsto y aceptado las consecuencias de ellas”.
Por cosas de la vida queridos
nietos, y como parte de mis vivencias puedo contarles una experiencia que marco el “valor de las
palabras en mí” cuando se me asigno por elección la Presidencia del Consejo de
Administración de la Cooperativa de Servicios Múltiples de los Trabajadores de
Moraveco aquí en Perú, desde mi condición de obrero especializado como tornero por la década de
los años 70, cuando aún se percibía una supuesta marcada diferencia de
conocimientos entre obreros y empleados y por cosas de la vida tenía la misión
de administrar esta entidad donde justamente eran socios los obreros y
empleados, motivó mi decisión en primera instancia demostrarles a los empleados
socios que la diferencia que tenían solo era mental, así que luego de haber
diseñado toda la operatividad previa capacitación y sin mencionar jamás otros
estudios que tenía, prepare una estrategia que fuera contundente para romper la
hipotética diferencia entre obreros y empleados así que ante la primera
asamblea general de socios coordine con todos los consejeros que en su mayor
parte eran también obreros, el rol que deberían tener en dicha asamblea para
absolver todas las inquietudes y como parte principal que debería producir una férrea
crítica a la imagen de la cooperativa, hice la impresión de los CARNÉ de
identificación de cada socio y justo fue ello lo que produjo dicho debate
porque los empleados se avergonzaban de tener un documento que diga CARNÉ en
vez de CARNET, desde luego que previamente investigue con el diccionario de la
real academia de la lengua española, marcando incluso como podían comprobar
ello, ya que por esos años no había Internet sino era ful biblioteca, así que
luego de aclarado dicha vergüenza se produjo como sinfonía una confianza en las
decisiones que se tomaban y se rompió y/o acabo la pretendida desigualdad entre
obreros y empleados, por ello la empatía expresada por este gran personaje de
la historia trajo a revivir en mi memoria esta pequeña historia del valor de
las palabras cuando fluye una comunicación y se quiere tener buenos resultados.
viernes, 9 de mayo de 2014
miércoles, 30 de abril de 2014
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